¿Cuál necesitás y para qué sirve cada una?
Si estás por comprar o actualizar tu computadora, seguro te encontraste con estos dos términos: tarjeta gráfica integrada y tarjeta gráfica dedicada.
Ambas se encargan de procesar los gráficos, pero lo hacen de formas muy diferentes y con resultados distintos.
En este artículo te explico qué es cada una, sus ventajas, desventajas y cuál te conviene según el uso que le das a tu equipo.
¿Qué es una tarjeta gráfica?
La tarjeta gráfica, también conocida como GPU (Graphics Processing Unit), es el componente encargado de mostrar todo lo que ves en pantalla: desde el escritorio de tu sistema hasta los videojuegos, videos, animaciones 3D, diseño y más.
Hay dos tipos principales:
- Integradas: vienen dentro del procesador o la placa madre.
- Dedicadas: son componentes separados con su propia potencia y memoria.
Gráfica integrada (iGPU)
¿Qué es?
Es una GPU que viene incorporada dentro del procesador o del chipset de la placa madre. Usa parte de la memoria RAM del sistema para funcionar.
Ventajas:
- Más barata (viene incluida con el procesador).
- Consume menos energía (ideal para laptops).
- Suficiente para tareas cotidianas: navegar, ver videos, usar Office, editar fotos básicas, etc.
Desventajas:
- Potencia gráfica limitada.
- No sirve para gaming exigente o software de diseño/render pesado.
- Al usar la RAM compartida, puede afectar el rendimiento general del sistema.
Ejemplos:
- Intel UHD / Intel Iris Xe
- AMD Radeon Vega (integrada en algunos Ryzen)
Gráfica dedicada (GPU dedicada)
¿Qué es?
Es una tarjeta independiente, conectada a la placa madre (PCIe), con su propia memoria (VRAM) y procesador gráfico. Diseñada exclusivamente para manejar tareas visuales intensas.
Ventajas:
- Muchísimo más potente.
- Maneja juegos modernos, edición de video 4K, modelado 3D, inteligencia artificial, etc.
- No usa RAM del sistema, ya que tiene su propia VRAM.
Desventajas:
- Más costosa.
- Consume más energía (requiere buena fuente y ventilación).
- En laptops, hace que el equipo sea más pesado y con menor duración de batería.
Ejemplos:
- NVIDIA GeForce GTX / RTX
- AMD Radeon RX
Comparativa rápida
¿Cuál te conviene?
- Uso básico (ofimática, series, YouTube, redes):
- Integrada es más que suficiente.
- Ideal para estudiantes, laptops livianas, y PCs económicas.
Gaming casual o diseño gráfico básico:
- Algunas integradas como Iris Xe o Radeon Vega rinden bastante bien.
- Pero si querés algo más fluido, una GPU dedicada de gama media es recomendable.
Gaming exigente, edición de video profesional, 3D, IA, arquitectura:
- GPU dedicada sí o sí.
- Vas a necesitar VRAM, núcleos CUDA, soporte DirectX/RTX, etc.
¿Se pueden usar las dos juntas?
Sí, en algunas configuraciones llamadas «conmutación de gráficos híbrida», el sistema usa la gráfica integrada para tareas livianas y cambia automáticamente a la dedicada cuando hacés algo más exigente (por ejemplo, jugar).
Esto ayuda a ahorrar batería y optimizar el rendimiento en laptops.
Tecnologías como NVIDIA Optimus o AMD Switchable Graphics permiten esto.
- La gráfica integrada es ideal si buscás eficiencia y economía para tareas comunes.
- La dedicada es necesaria si trabajás o jugás en entornos donde el rendimiento visual es clave