Los automóviles de combustión tienen varias ventajas sobre los automóviles eléctricos. En primer lugar, los automóviles de combustión son generalmente más accesibles económicamente. Aunque los precios de los automóviles eléctricos están disminuyendo, todavía son más costosos que los automóviles de combustión equivalentes. Esto significa que los automóviles de combustión son una opción más asequible para muchas personas.
En segundo lugar, los automóviles de combustión tienen un rango de viaje mayor. Aunque los automóviles eléctricos están mejorando en este aspecto, todavía no pueden viajar tanto como los automóviles de combustión antes de tener que recargarse. Esto significa que los automóviles de combustión son una mejor opción para viajes largos o para personas que viven en áreas remotas donde no hay estaciones de carga disponibles.
En tercer lugar, los automóviles de combustión tienen una infraestructura de combustible más amplia. Aunque el número de estaciones de carga está aumentando, todavía no hay tanta disponibilidad como hay estaciones de combustible. Esto significa que los automóviles de combustión son una mejor opción para personas que viven en áreas con poca disponibilidad de estaciones de carga.
En cuarto lugar, los automóviles de combustión son más confiables. Los automóviles eléctricos tienen menos piezas móviles y, por lo tanto, son menos propensos a problemas mecánicos. Sin embargo, los automóviles eléctricos aún son una tecnología relativamente nueva y pueden tener problemas de fiabilidad que aún no se han descubierto.
En resumen, los automóviles de combustión tienen varias ventajas sobre los automóviles eléctricos, incluyendo un precio más accesible, un mayor rango de viaje, una infraestructura de combustible más amplia y una mayor confiabilidad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los automóviles eléctricos son más eficientes energéticamente y emiten menos dióxido de carbono y otros contaminantes en comparación con los automóviles de combustión.